Un total de 132 diputados, todos los presentes en la sesión parlamentaria que discutió el asunto, votaron afirmativamente el retiro de la inmunidad al gobernante, que se encuentra acorralado por las acusaciones de la justicia y la indignación popular que además exige su renuncia.

La crisis política se acentuaba en Guatemala a solo cinco días de las elecciones generales en la que los guatemaltecos designarán al sustituto de Pérez, quien concluye su mandato en enero próximo.

Miles de personas salieron este martes a las calles en todas las ciudades del país para unirse al clamor de los “indignados” que hace meses iniciaron las protestas en la capital, buscando la caída de Pérez Molina y de su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, quien renunció en mayo y se encuentra en prisión preventiva. Tras anunciarse la decisión del Congreso, el júbilo estalló en las calles.

Aunque ha perdido el apoyo prácticamente de todos los sectores sociales y de las más emblemáticas instituciones del país, el mandatario se ha negado insistentemente a renunciar, asegura no estar vinculado a la red criminal y que se mantendrá en el cargo hasta el último día del periodo constitucional.

El presidente fue señalado por la Fiscalía y la Comisión Internacional de la ONU contra la Impunidad en Guatemala (CICIG)como cabecilla, junto a Baldetti, de una red criminal que actuaba en las aduanas facilitando a empresarios la evasión de impuestos a cambio de sobornos.

La acusación se basa en varios indicios, entre ellos una conversación telefónica intervenida en la que Pérez ordena cambios de personal en las aduanas, supuestamente para facilitar los actos de corrupción.