La oposición nicaragüense sospecha que la concesión que el gobierno intenta conceder a una empresa desconocida, fundada hace diez meses en Hong Kong, para construir un canal interoceánico, no es más que “una estafa” montada sobre un sueño centenario.
Las dudas han sido expresadas por el disidente Movimiento de Renovación Sandinista y el Partido Liberal Independiente (PLI, luego de que el presidente Daniel Ortega al Congreso dos proyectos de ley para otorgar la concesión.
Los proyectos fueron enviados por el directorio legislativo a una comisión que dictaminaría esta misma semana, según las expectativas del gobernante Frente Sandinista que dispone de una clara mayoría, con 64 de los 92 escaños.
Se "pretende otorgar una concesión, privilegios, exoneraciones y exenciones de impuestos a una empresa desconocida" denunció el MRS, que exigió informes sobre los dueños, capacidades técnicas y económicas de HKC.
A toda marcha
Hace menos de un año, en el mes de julio de 2012, el presidente Daniel Ortega hizo el anuncio del proyecto: un canal interoceánico que es una aspiración de los nicaragüenses desde el siglo XIX; empresa estimada en unos 40.000 millones de dólares, equivalentes a dos veces el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Dos meses más tarde, en setiembre, se constituyó en Hong Kong la empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co Limited (HKC). Según los registros oficiales en ese país, la compañía fue fundada por Wang Jing, quien no es un inversionista sino un abogado.
El 7 de noviembre de 2012, esta empresa constituyó una subsidiaria en Islas Cayman, la que a su vez adquirió una sociedad anónima creada en Nicaragua con el propósito de participar en las obras de construcción, la Empresa Desarrolladora de Grandes Infraestructuras (EDGI).
Según el MRS y el PLI, el gobierno ha manejado este proceso de manera sigilosa y está tratando de aprobar el proyecto sumariamente, sin dar oportunidad al debate legislativo.
"Si esta información no se proporciona, estamos en la libertad de suponer que se trata de una estafa, una operación con una empresa de papel para hacerse con una concesión y luego vender los derechos a otros interesados. Una operación corrupta para hacer ganar mucho dinero a unos inversionistas de mentira", denunció el MRS.
"Lo que están haciendo es una empresa de papel, porque el representante (de la firma, Wang Jing) no es un inversionista sino un abogado chino", coincidió desde la derecha la bancada del Partido Liberal Independiente (PLI).
"Esto es un robo y lo que pretende hacer (el presidente Daniel) Ortega es su propio Tratado Chamorro–Bryan” expresó el diputado Eliseo Núñez, del PLI.
El tratado Chamorro-Bryan fue suscrito en 1914 –el mismo año que se inauguró el Canal de Panamá- entre Estados Unidos y Nicaragua y en él se le daba a los estadounidenses derechos perpetuos y exclusivos para la construcción de un canal interoceánico por el río San Juan y el Lago de Nicaragua.
En esa oportunidad Costa Rica y el Salvador objetaron dicho contrato ante la Corte Centroamericana de Justicia, o Corte de Cartago, que falló a favor de estos dos países, pero Nicaragua desconoció el fallo y se retiró de la Corte.
El contrato propuesto por Ortega otorga a HKC una concesión para operar y explotar la vía durante 100 años, a cambio de diseñar y desarrollar la obra y obtener el financiamiento.
La vía
Según la propuesta, el canal ya no se construiría utilizando el río San Juan, sino por una zona más hacia el norte, pero aprovechando siempre las aguas del Gran Lago de Nicaragua.
En realidad, tal y como está planteada la obra es algo más que un canal húmedo, pues incluiría además un canal seco (de ferrocarril), una zona de libre comercio y un aeropuerto internacional.
Según ha dicho el gobierno, el canal interoceánico permitiría a Nicaragua un crecimiento acelerado de entre 10 y 15% anual, lo que permitiría a este país superar los grandes problemas de desempleo y pobreza que actualmente afronta.
Ortega ha cursado una invitación abierta a empresas y países de todo el mundo para que participen en este proyecto, pero a la fecha no hay ninguna información cierta acerca de inversiones o compromisos de financiamiento.