“El déficit era un tren que venía a 200 kilómetros por hora y pretender detenerlo de golpe era provocar un descarrilamiento”, responde el ministro de Hacienda y primer vicepresidente, Helio Fallas, en entrevista con Informa-tico.com.

“Lo que nosotros nos encontramos fue una situación muy compleja, que se había venido consolidando desde el 2000 y en cuatro meses no podíamos hacer los cambios necesarios; pero las medidas ya están en camino y definitivamente vamos hacia una importante reducción del déficit”, señaló.

Fallas asegura que cuando se haga el balance de 2015, el déficit habrá sido no del 6,7% sino aproximadamente del 6%. Y en el resto de la actual administración, ese porcentaje se reducirá a razón de 1,25% por año, un total de 3,75%.

“Las medidas vendrán por el lado del gasto y del incremento de los ingresos”, prometió.

Informatico: El país se sorprendió hace algunas semanas cuando el gobierno presentó un proyecto de presupuesto para 2015 con un déficit del 6,7%, superior incluso al de este 2014 que fue preparado por la administración Chinchilla. ¿Qué fue lo que pasó?

Helio Fallas: Nosotros nos encontramos con una situación sumamente compleja, que se ha venido consolidando a través del tiempo más o menos desde el año 2000.

Por un lado, la  evasión y elusión de impuestos junto a las exoneraciones son tan grandes que en conjunto representan una cifra mayor a la que se recauda.

Por el lado de los egresos, hemos venido teniendo un crecimiento muy fuerte en rubros como pensiones y pago de alquileres, entre otros.

Además, el gobierno ha adquirido deudas crecientes cuyas amortizaciones pasarán de 1,2 billones de colones en 2014 a 1,7 billones en 2015. Es decir, un incremento 500.000 millones en solo un año.

Se trata básicamente de endeudamiento interno y la mitad corresponde a instituciones públicas, lo cual es una ventaja porque puede negociarse.

Por otro lado, nos encontramos con un sistema de administración tributaria completamente anticuado que, por ejemplo, no hizo los balances de la deuda en años anteriores.

Si esos balances se hubieran hecho oportunamente, en los periodos anteriores, el crecimiento del presupuesto no sería de un 19%, como es ahora, sino de un 12,6%.

¿Por qué creció tanto ese costo de amortizaciones? Es el costo de no haber hecho el balance en otros periodos anteriores, porque en tal caso solo hubiéramos tenido un crecimiento de 12,6%.

I: Otton Solís y otros diputados dijeron que el presupuesto estaba lleno de partidas para viajes, consultorías y pago de alquileres. ¿Es eso cierto?

H.F.: Sí, estamos de acuerdo en que ha habido mucho exceso con el asunto de los viajes, el pago de alquileres y las horas extra. Sin embargo, los recortes sugeridos tanto por Ottón Solís como por diputados del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC) no consideraban situaciones particulares, sino que daban un tratamiento igual a todas las instituciones. Y eso podía generar distorsiones importantes en el funcionamiento de la administración pública.

Por poner un ejemplo: no es lo mismo el pago de horas extra en el caso de Educación, donde tal vez no sean tan necesarias, que en la Fuerza Pública, que requiere movilizarse con horarios muchas veces imprevisibles.

Al ministerio de Hacienda se nos pretendía hacer una rebaja muy fuerte en los alquileres, con el efecto de que el dinero no iba a alcanzar para todo el año y resulta que en algunos de esos locales alquilados hay gente trabajando en el cobro de impuestos y en la parte informática. Eran cosas esenciales con las que no podíamos tomar decisiones atropelladas.

¿Y por qué estamos pagando alquileres? Porque hay una serie de contratos que venían de atrás y que no podemos romper unilateralmente. 

Este gobierno empezó en mayo, pero ya el proceso presupuestario había iniciado. Las instituciones tenían la obligación de presentar sus presupuestos en julio, por lo cual las nuevas autoridades solo disponían de dos meses para hacer los ajustes. Muchos jerarcas estaban apenas empezando a conocer la institución y a familiarizarse con sus programas.

Luego, en Hacienda teníamos julio y agosto para presentarlo a la Asamblea Legislativa. Querían que en dos meses hiciéramos toda una reforma del sistema tributario.

Sin embargo, el déficit de 6,7% es un déficit pasivo, que no considera las medidas que nosotros ya empezamos a poner en marcha para reducir los gastos. En el momento en que presentamos el proyecto de presupuesto no sabíamos en qué monto iban esas medidas a impactar hacia la baja.

I: Esto significa que, eventualmente, cuando se haga el balance del presupuesto de 2015 el déficit será meno?

Así es, el déficit pasivo no va a ser del 6,7%, creemos que, aún sin la reforma fiscal que estamos emprendiendo, será aproximadamente de un 6%.

Del crecimiento del presupuesto, ¿qué porción está destinada al sector social?

Sacando el componente de la deuda, es de alrededor del 70%. Eso incluye, educación, salud, cultura, vivienda y protección social.

Hay un compromiso con el país y con el FMI de bajar el déficit en casi 4 puntos porcentuales al final de la administración. ¿Cómo se va a hacer?

H.F.: Es importante aclarar primero cómo no se va a hacer: no estamos pensando en recortes de salarios ni en despidos.

Lo que sí está previsto es el congelamiento de plazas vacantes.

El tope a las pensiones de lujo es otro proyecto que fue paralizado por la Sala IV, pero ya estamos preparando un proyecto de ley para regular el tema de las pensiones en caso de que la Sala Constitucional resuelva en contra de nuestra decisión.

También vamos a tomar decisiones sobre el funcionamiento de las anualidades; el pago de alquileres, las horas extras y los viajes, con base en estudios rigurosos sobre lo que son necesidades reales y lo que son excesos.

Por otra parte, está previsto el aumento en la tasa del impuesto al valor agregado: a un 15% en el 2017 y a un 16% en el 2018, más el 10% de renta.

El plan es que el ajuste se realice a razón de un tercio por el lado de los gastos (1,25% del PIB)  y dos tercios por el de los ingresos (2,50%).

I: ¿Tiene el gobierno todos los instrumentos legales, políticos y la capacidad para hacer esas reformas y cumplir con esas metas?

H.F.:  Nosotros estamos diciéndole al país que el tema tributario debe sacarse del ámbito de la política electoral y verse como un problema de Estado.

Los partidos políticos que están en la Asamblea deberían realmente preocuparse por esto. No decir que van a apoyar al gobierno y a la hora de las verdades, cuando ya el gobierno propone el plan,  quitarse y decir que no apoyan los impuestos.

Por otra parte, la sociedad en su conjunto tiene que estar consciente de lo que el déficit significa si no se hace el ajuste fiscal. Porque las tasas de interés van a subir, se van a generar desequilibrios macroeconómicos más fuertes, eso lo va a sufrir la población y la población tiene que saberlo.

I: Se discute mucho sobre si se debe recaudar más o menos pero también hay un problema de calidad. ¿Para qué gastamos ese montón de plata si la educación es deficiente, si la salud cojea, si las carreteras están destruidas? Esa es una de las preocupaciones de la gente, no vemos que el Estado retribuya el esfuerzo económico.

H.F.: Sobre eso, lo que puedo decir es que estamos pasando de una manera relativamente rápida de un presupuesto de tipo tradicional, que es el que se tiene ahora, y todavía el próximo año, a una gestión hacendaria de nuevo tipo.

Lo primero es que vamos a migrar a una gestión por resultados. Todavía no lo vamos a lograr en el presupuesto del próximo año, pero la idea es que se puedan identificar cuáles son las metas en cada uno de los programas que se tengan y con base en ello determinar los niveles de cumplimiento de cada institución.

Estamos desarrollando unos programas informáticos que nos van a permitir tener un mejor control de los gastos de todas las instituciones. Vamos a poder valorar la necesidad de esos rubros que tanto se critican: los viajes internos y externos, los alquileres, las horas extras, etc. De esa manera se controlarán los excesos.

I: ¿Qué pasa si las instituciones no cumplen?

Bueno, le vamos a hacer un informe al presidente sobre el uso de recursos y, en conjunto con Mideplan, estamos definiendo un esquema de seguimiento para ver realmente qué  resultados se obtuvieron de ese presupuesto que tienen.

En resumen, hay voluntad para hacer cambios, pero son cambios estructurales. Se requiere más tiempo, no se le puede exigir a un gobierno que está iniciando que haga todos los cambios a la vez.