Cientos de sindicalistas desfilaron desde el centro de San José hasta la Casa Presidencial en Zapote, reclamando al gobierno por el exiguo aumento de 0,43% decretado para los empleados públicos, al tiempo que la actividad en escuelas y colegios se vio afectada en casi todo el país a causa de un paro de los educadores.
También se registraron bloqueos a la entrada del aeropuerto Juan Santamaría y en la ruta 32 (a Limón), así como tortuguismo en la carretera Panamericana a la altura de poblaciones como Palmares y San Ramón.
Además de protestar por el ajuste de salarios, los sindicalistas exigen una revisión de los contratos de concesión, especialmente el firmado por el gobierno con la empresa APM Terminals para la construcción de un nuevo puerto en Moín, reclman mejoras a la seguridad social, más inversión en educación pública, respecto a las convenciones colectivas y mejora a las condiciones de trabajo.
Los trabajadores marcharon hasta la Casa Presidencial en Zapote donde mantuvieron un piquete de protesta durante un par de horas, tras lo cual se retiraron sin que se produjeran incidentes.
La protesta es parte de una lucha ininterrumpida de los trabajadores “para revertir los efectos más nefastos de la aplicación de las políticas neoliberales en nuestro país, ese es uno de los objetivos de la movilización” señaló Luis Chavarría, secretario general de la Unión de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (UNDECA).
Los ministros de Educación, Leonardo Garnier, y de la Presidencial, Carlos Ricardo Benavides, no ven razones para una protesta contra un gobierno que termina y del que ya no dependen las decisiones futuras.
Benavides consideró innecesario un paro en este momento porque el gobierno actual no va a modificar nada cuando faltan unas pocas semanas para entregar el poder y afirmó que pareciera, más bien, que los sindicatos quisieran amedrentar a las autoridades del futuro gobierno.
El ministro Leonardo Garnier, del MEP, adelantó que en los centros educativos se aplicará la normativa, pasarán asistencia, se hará el respectivo análisis de ausencias y se sancionará a la gente que no se presentó a laborar.
“Dejar a los alumnos sin clases un día, cuando muchos de los maestros no van a asistir al movimiento, me parece que no se vale. No se vale darse un día libre a costa de los estudiantes”, dijo Garnier.