Cantidad de contagios por cada 100 mil habitantes - América Latina. Gráfico elaborado por Hernán Gutiérrez con información de Worldometers.

(Cantidad de contagios por cada 100 mil habitantes - América Latina. Gráfico elaborado por Hernán Gutiérrez con información de Worldometers)

Cuando dividimos los contagios de los países entre su número de habitantes, empiezan a surgir otros nombres como Panamá, Palestina o Luxemburgo que son países altamente contagiados. Claro que no es lo mismo el daño que causa el virus en un país como Luxemburgo, el segundo país con la economía más pujante del mundo después de Qatar, que en Panamá o Palestina. Veamos

Panamá sigue siendo el país latinoamericano con mayor cantidad de contagios en relación con su población. Costa Rica, Uruguay y Brasil tienen tasas muy similares a pesar de que Brasil tiene 35 mil casos, pero su población es de más de 200 millones de personas. Después de Panamá, son Chile, Ecuador, Perú y República Dominicana los países donde hay más contagios en comparación con la cantidad de habitantes.

El pequeño estado de Luxemburgo, del mismo tamaño que la provincia de Heredia, es el país que más contagios tiene en relación con sus habitantes. Es como si Costa Rica tuviera todos sus casos metidos en la provincia herediana. Le sigue Islandia una isla del doble de tamaño de Costa Rica que está en el Oceano Atlántico y que solamente tiene alrededor de 350 mil habitantes y tenía más de 500 casos. Y de los países grandes en población y grandes en tamaño, España es el más golpeado: másd e 400 contagios por cada 100 mil habitantes.  

Entre los países que rondan los 5 millones de habitantes, Costa Rica es el que menos contagios tiene en relación con su población. Solo 13 casos por cada 100 mil habitantes. Noruega, por ejemplo, un país con la misma población que CR tiene aproximadamente 10 veces más casos y Palestina un poco más. Esto hasta este viernes pasado. Costa Rica va contagiándose muy lentamente, eso es lo que todos queremos, especialmente el personal del sistema hospitalario. Continuar o no con ese ritmo, depende de cuánto logremos reducir nuestras interacciones sociales.