La Contraloría General y la Fiscalía de Probidad y Anticorrupción abrieron sendas investigaciones sobre el proceso de compra, por Eduardo Doryan, en la que le pide explicaciones sobre este negocio, ya que el edificio comprado por esa institución adolece de una parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), de un edificio al Banco de Costa Rica.

Las indagaciones se originaron en una carta enviada por el diputado socialcristiano Luis Fishman al presidente ejecutivo del ICE, serie de defectos.

Uno de los problemas del edificio, que fue señalado por medios de prensa nacionales hace varios meses, es que los elevadores son insuficientes para el uso del número de empleados que laboran en las instalaciones, conocidas como Centro Empresarial la Sabana.

En su oficio, de marzo pasado, Fishman pide explicaciones a Doryan de por qué se recibió un edificio que costó 100 millones de dólares sin que cumpliera los requisitos mínimos.

También solicita información de por qué una multa de 2,7 millones que se le había impuesto al BCR por las fallas del edificio se redujeron a sólo 73.000 dólares, cifra insuficiente para solventar los defectos del inmueble.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Técnicos en Telecomunicaciones (ANTTEC) el edificio alberga a 1.200 empleados y, debido al problema de los ascensores, “se ha tenido que tomar medidas como desalojar personal, modificar horarios y firmar aceleradamente contratos de teletrabajo para encubrir la grave situación”.

La agrupación sindical asegura que para instalar cuatro ascensores adicionales en el edificio, se requieren de una inversión cercana a los 5 millones de dólares, y “aún no está claro si es el ICE o el BCR el que tendrá que hacerse cargo de esos costos”.