El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil este miércoles someterá a juicio una denuncia contra Eduardo Cunha, el apartado presidente de la Cámara de diputados. Esta acción podría derivar en la apertura de una nueva acción penal en su contra.
La acusación hecha en marzo por el procurador general de la República, Rodrigo Janot, señala que el exlíder parlamentario tiene cuentas bancarias ilegales en Suiza, un hecho que Cunha niega pese a que la propia justicia del país europeo lo confirmó.
Los investigadores de la operación anticorrupción Lava Jato consideran que el dinero que nutrió estas cuentas, que tiene unos nueve millones de reales (más de dos millones y medio de dólares), provenían de la intermediación ilegal de Cunha en operaciones de soborno de la compañía estatal Petrobras.
Es propicio recordar que Cunha, líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ya responde por una acción penal en su contra interpuesta ante la Corte Suprema. Fue acusado de recibir cinco millones de dólares de "propina" por un contrato de navíos-sonda en dicha estatal.
En contexto
Eduardo Cunha fue apartado a comienzos de mayo por el STF de sus funciones como diputado y de su condición de presidente de la Cámara Baja. El 7 de junio, el fiscal Janot solicitó su detención, así como la del expresidente José Sarney, por intentar bloquear las investigación de corrupción de Lava Jato.
El 14 de junio, el Consejo de Ética del cuerpo colegiado solicitó la anulación definitiva de su mandato como presidente de la Cámara Baja. Cunha ahora responde a un proceso político-disciplinario ante el legislativo por mentir a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) de la estatal Petrobras y ocultarle la tenencia de cuentas bancarias en el exterior.
Recientemente una tercera denuncia fue interpuesta en su contra ante el STF. En esta ocasión, la demanda está relacionada con la liberación de recursos para empresas constructoras de las obras de Puerto Maravilla, en Río de Janeiro, de las que el político también se benefició.