Esta tesis ha calado tanto que incluso la defienden miembros de "partidos progresistas" y "cristianos", que comparten el temor al "masivo desempleo" que generaría un aumento en los salarios mínimos. Conviene recordarla hoy Domingo de Resurrección y a poco más de un mes de conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Dice Jesús:
“Sucede con el reino de los cielos como con el propietario que salió de madrugada a contratar trabajadores para su viñedo. Se arregló con ellos para pagarles el SALARIO DE UN DÍA DE TRABAJO [un denario], y los mandó a trabajar a su viñedo. Volvió a salir como a las nueve de la mañana, y vio a otros que estaban DESOCUPADOS en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viñedo, y les daré LO QUE SEA JUSTO'. Y ellos fueron. El dueño salió de nuevo a eso del mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Alrededor de las cinco de la tarde volvió a la plaza de nuevo, y encontró a otros que estaban desocupados y les dijo: '¿Por qué están ustedes aquí todo el día sin trabajar? Le contestaron: 'NADIE NOS HA CONTRATADO'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viñedo'.
Cuando llegó la noche, el dueño dijo a su capataz: 'Llama a los obreros, y págales su jornal, comenzando por los últimos contratados y terminando por los que entraron primero'. Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el SALARIO COMPLETO DE UN DÍA. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir más, pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día. Y al recibirlo, comenzaron a murmurar contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor de todo el día'. Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por el salario de un día? Toma tu paga y vete. Si yo quiero darle a este que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, es porque tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero ¿O te da envidia que yo sea generoso?'
Así que los últimos serán primeros, y los primeros, últimos." (Mateo 20: 1-16. Las mayúsculas no son del original).
En esta parábola hay varios pasajes y frases que son determinantes.
1- El propietario prometió a todos sus trabajadores pagarles lo justo (la paga de un día de trabajo): “les daré lo que sea justo”. Promete y cumple "lo que es justo".
2- Pero debemos preguntar, ¿bajo qué punto de vista es justo lo que el propietario hizo? La respuesta no puede ignorar el propio contexto en que los trabajadores fueron contratados.
3- Los trabajadores que llegaron tarde no estaban sin trabajar "voluntariamente". Estaban desocupados porque simplemente no había trabajo ("nadie nos ha contratado").
4- Si nos damos cuenta que el pago de un salario (un denario) se encontraba en la línea de la subsistencia, los trabajadores que entraron tarde no podrían vivir con un salario correspondiente a la cantidad de trabajo efectivamente trabajada (una hora, tres horas, etc.).
5- Pero, por razones de justicia, todos tienen derecho a poder vivir, y no pueden hacerlo con menos del salario de subsistencia. Así, todos, por razones de justicia, tienen que recibir, justo como los primeros trabajadores, el mismo salario. Desde este punto de vista, es justo lo que hace el propietario.
6- Pero es entendible que los trabajadores que iniciaron su labor a primera hora sientan este pago como injusto. Ellos quisieran ganar en proporción a lo que trabajaron y, por tanto, mucho más que los que ingresaron al viñedo al final del día, que sólo debieron recibir pago en proporción a las horas trabajadas. Juzgan a partir de la justicia del mercado; mientras que el propietario juzga a partir de la justicia que permita una vida digna para todos los trabajadores.
7- Vemos aquí dos tipos de igualdad: por una parte, la igualdad ante el mercado en el cual cada uno recibe lo que ha aportado, y por la otra, la igualdad de la dignidad de la vida humana, de acuerdo a la cual todos tienen que satisfacer al menos sus necesidades básicas, y por ello, siempre y cuando el pago se encuentre cerca del mínimo para vivir, todos han de recibir el mismo pago independientemente de cuanto hayan trabajado, con el fin de que prevalezca la justicia.
8- No viene al caso discutir si, después de todo, el propietario de la parábola hace uso del mercado para contratar a sus trabajadores y, por tanto, se mueve en esa instancia. Es obvio que este es el caso. Lo importante es esta idea de justicia "de la dignidad humana" que interpela al mercado y su tipo de justicia. No pretende abolir el mercado, pero reclama una imprescindible libertad frente al mercado en nombre de la convivencia y la dignidad humanas. Sirva esta importante lección para problematizar la "sabiduría" de los economistas sobre la determinación y el pago del salario.