Washington. Protestas ante un mural en honor a George Floyd en Minneapolis, en una imagen de archivo.CHANDAN KHANNA / AFP
El objetivo de la ley es mejorar la rendición de cuentas de la policía y tratar de combatir el sesgo racial del que se le acusa. Los demócratas ya introdujeron la iniciativa el año pasado, pero se frustró en el Senado, que antes de las elecciones de noviembre controlaban los republicanos. Ahora, con la Cámara alta dividida en 50 senadores de cada partido, pero con mayoría demócrata gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, el horizonte es más favorable. Pero, como en otras iniciativas legislativas, los demócratas necesitarían una mayoría de 60 para eludir el potencial bloqueo por la técnica del filibusterismo, y no parece claro que puedan contar con el voto rebelde de 10 senadores republicanos. En la Cámara baja, ha habido dos demócratas en contra y uno republicano a favor.
Entre otras medidas, la ley prevé la creación de un registro de malas conductas policiales, para favorecer una mayor transparencia que impida a los agentes cambiar de jurisdicción para eludir la rendición de cuentas. Incluye también la prohibición de determinadas técnicas agresivas de detención, como la del ahogamiento que acabó con la vida de Floyd.
“Una profesión en la que tienes el poder de matar debería ser una profesión que requiera agentes bien formados que rindan cuentas al público”, ha dicho en el debate en el Congreso la demócrata Karen Bass, una de las promotoras del proyecto de ley.
La votación de este miércoles por la noche estaba inicialmente para mañana, pero la Cámara de Representantes decidió esta tarde suspender la sesión del jueves, después de que la policía del Capitolio advirtiera de que informes de inteligencia alertan de un posible ataque al edificio federal ese día por parte de un grupo de milicias relacionadas con las que participaron en el asalto al Capitolio del 6 de enero. Existe la teoría entre seguidores del movimiento conspiranoico y supremacista blanco QAnon de que el expresidente Donald Trump regresará al poder este 4 de marzo, que era la fecha original fijada para la toma de posesión presidencial en la Constitución, antes de la ratificación de la 20ª Enmienda en 1933 que la cambió al 20 de enero. Los alrededores del Capitolio permanecen blindados y unos 5.000 miembros de la Guardia Nacional lo vigilan desde la insurrección del 6 de enero.