Por eso este año se busca movilizar al mundo entero para decir basta al comercio ilegal de fauna y flora silvestre.

Se aspira no sólo a que los países y los gobiernos tomen medidas apropiadas para combatir el tráfico ilegal, sino, a que todas las personas desde su lugar, colaboren para ponerle un stop a este tipo de negocio.

Para eso el esfuerzo se orienta a informar a los consumidores sobre el daño que se generara para evitar la compra de animales que no son domésticos o de productos que dañan a las especies y se estimulan en la población la sensibilización y conciencia sobre los problemas ambientales que afectan al Planeta para cambiar hacia hábitos más amigables con el lugar donde vivimos.

Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en conmemoración al día de la apertura de la primera gran conferencia sobre cuestiones ambientales internacionales que tuvo lugar en Estocolmo, en 1972.

El lema de este año “Vuélvete salvaje por la vida” (Go Wild for Life) promueve la difusión sobre los delitos que se cometen contra la naturaleza y la vida salvaje, y la necesidad de llevar adelante acciones que los eviten.

El tema elegido es la lucha contra el comercio ilícito de fauna y flora silvestre, el tráfico ilegal de especies silvestres, una actividad devastadora para la biodiversidad que pone en peligro la supervivencia de muchas especies alrededor de nuestro Planeta.

ONU contra el tráfico de especies

Como todos los años el objetivo es generar conciencia sobre el rol que cada persona tiene sobre el medio ambiente y poder hacer algo para cambiar los hechos, en este caso para poder frenar la demanda de productos derivados de la vida silvestre. El eje central promueve la acción para lograr que se implementen políticas y modelos económicos para llevar adelante esa consigna.

Ban Ki-moon, secretario general de la ONU dijo que “cada año miles de animales salvajes son asesinados, muchas veces por redes de crimen organizado motivadas por las ganancias y la codicia”.

El tráfico ilegal de animales y plantas salvajes tiene dimensiones sólo superadas por las de otros comercios ilegales como el de las drogas y el del material bélico, y utiliza vías similares de distribución y desarrollo, tanto en su concepción como en su ejecución.

Este tipo de comercio ilícito busca al igual que el resto beneficios millonarios y rápidos, y significa uno de los peligros más graves para distintas especies como primates, felinos, aves, reptiles, orquídeas, cactus, ente muchas otras.

El rol de las industrias

Las industrias cosméticas, farmacéuticas y la industria de la moda involucran a miles de animales y plantas en sus procesos de investigación o en la elaboración de sus productos.

La moda ha contribuido durante décadas al uso indiscriminado de pieles de animales para hacer abrigos, zapatos, carteras, cinturones, billeteras, etc, lo que generó un gran impacto sobre la fauna silvestre.

Actualmente se está haciendo cada vez más hincapié en el uso de pieles sintéticas o directamente el no uso, para terminar con el asesinato de millones de animales solo para crear prendas de vestir o cosméticos.

¿Por qué hay que cuidar la vida silvestre?

La ONU destaca que es necesario entender que las especies no son algo aislado, sino que viven enlazadas entre sí, conformando los ecosistemas de los que depende nuestra vida de una manera de la que no somos conscientes. Cada una de esas especies que están siendo atacadas por el comercio ilícito representa una obra maestra de la evolución de miles o millones de años.

Por eso este año se busca movilizar al mundo entero para decir basta al comercio ilegal de fauna y flora silvestre. Y se aspira no sólo a que los países y los gobiernos tomen medidas apropiadas para combatir el tráfico ilegal, sino a que todas las personas, desde su lugar colaboren para ponerle un stop a este tipo de negocio. Para eso se intenta informar a los consumidores sobre el daño que se generara para evitar la compra de animales que no son domésticos o de productos que dañan a las especies.

En esta época se destaca el uso de las redes sociales como uno de los mejores sitios para difundir las consecuencias del tráfico ilegal de animales y plantas, y el origen de muchos artículos que no sabemos de dónde provienen.