Con la consigna “yo te creo” y el hastag #Me too, se congregaron decenas de mujeres y hombres en el Parque Central desde donde marcharon por la Avenida Segunda hasta la sede de la Fundación Arias para La Paz, ubicada a pocos metros de la Plaza de la Democracia.
“Oscar Arias macho opresor, aparte de corrupto, sos un violador” repetían los manifestantes que permanecieron largo tiempo frente a la sede de la Fundación Arias. Otras consignas alertaban contra cualquier intento de impunidad a favor del exmandatario: “Cero impunidad para Arias”. “Ni una agresión sin respuesta. Ni un agresor sin condena”.
Las organizaciones se declararon en estado de alerta para evitar la impunidad para Arias
La aboga Larissa Arroyo, experta en Derechos Humanos, pidió justicia para las víctimas. Por supuesto que a Arias se le van a respetar todos sus derechos y garantías en los procesos judiciales que tendrá que enfrentar y donde podrá defenderse, dijo, pero, añadió, no se podría permitir que se impulse la impunidad.
Agregó Arroyo que, “quiero explicarle a las personas que aseguran que por las denuncias de delitos sexuales contra el ex mandatario se pone en peligro al país, que lo que está en peligro en nuestro país desde hace muchos años, somos las mujeres costarricenses”.
La abogada dijo que todas las denuncias tienen valor y nosotras le creemos a las víctimas, así se trate de una denuncia pública o de una denuncia penal.
La activista María Valerio, lamentó que sea tan fácil dudar de las víctimas y tan difícil creerle a las víctimas su testimonio de un ataque sexual.
Las organizaciones de mujeres y feministas que se manifestaron contra cualquier intento de impunidad a favor de Arias pidieron que sea juzgado, que no se muevan influencias para favorecerlo y que lo traten como a cualquier otro ciudadano que comete un delito sexual.
Contra el expresidente Arias, Premio Nobel de la Paz, pesa una tercera causa en los tribunales de justicia por el supuesto delito de prevaricato, en el conocido Caso Crucitas.
La primera denuncia por violación, fue revelada por el Semanario Universidad y The New York Times el martes de esta semana. La publicación causó un escándalo pero más que eso, motivó a otras mujeres a denunciar y este jueves, fue presentada en los tribunales la segunda demanda penal.