Por Manuel Hernández. – En el curso frenético del trámite del proyecto de ley marco de empleo público, aguijoneado por la urgencia del Gobierno de aprobar el convenio de préstamo con el FMI, el 25 de este mes se consensuó uno de los temas polémicos de cierre, concerniente a la suerte futura que le espera a la negociación colectiva en la Administración Pública, cuya discusión política pareciera que está zanjada, aunque carezca de legitimidad social y democrática.